viernes, 27 de noviembre de 2015

Emociones suscitadas por el delito

¿ Qué relación existe entre las emociones de las personas y un hecho delictivo?

Uno de los retos a los que nos enfrentamos como estudiantes, es construir la forma en que llevamos a cabo el estudio de algún tema en cual estamos inmersos por estar situados en él, más aún si se trata de los sentimientos de las personas, ¿ Desde dónde lo vamos a abordar? ¿ Que categorías vamos a elaborar? ¿Con qué autores vamos a dialogar? ¿Cómo vamos a obtener los datos? En el taller/seminario de Psicología Social I, vimos algunas textos dónde los autores plantean la forma en que realizan su estudio respecto a la emoción del miedo. Este texto presenta una mirada de abordaje a las emociones y sentimientos que aparecen en torno al tema del delito, del crimen, de la violencia.

Actualmente el fenómeno de la violencia en México, se acompaña de la intensidad del miedo que se impregna en nuestras formas de vida, en las formas  de pensar, en las relaciones sociales. Gabriel Kessler (2009), se interesa por el estudio del sentimiento de inseguridad donde se vinculan otras emociones suscitadas por el delito. En el capítulo 1 del libro El sentimiento de inseguridad hace una distinción en las formas en que se ha estudiado en la Criminología y la Sociología del crimen la emoción del miedo; donde gran parte de estas investigaciones centran  el estudio en esta emoción, excluyendo otros sentimientos que se involucran con el hecho. Para Kessler el estudio estadístico/ cuantitativo así cómo el de la inclusión de las representaciones, discursos y acciones en torno a lo que el llama sentimiento de inseguridad puede ser una opción para el estudio de la emoción del miedo.
Kessler plantea el estudio del “ sentimiento de inseguridad” desde el interés que tiene en el entramado de representaciones, discursos y acciones. Incluye otras emociones como la ira, la indignación, o la impotencia, y las vincula con las acciones individuales y colectivas, las preocupaciones políticas, los relatos sobre las causas, y las acciones que conforman la gestión de la inseguridad,  más que la respuesta emocional a la percepción de símbolos relacionados con el delito. (2009:36)


Usualmente sucede que frente a una experiencia delictiva violenta aparecen algunos síntomas como las emociones mencionadas anteriormente, ya que las situaciones a l@s que estamos expuest@s forman parte del contexto de la vida cotidiana donde el factor geográfico, social, económico, político, de género, al que estamos situados son variables importantes para pensar y estudiar las emociones suscitadas por el delito.

¿ Cómo entendemos el delito? Como se cita en Kessler (2009: 25) hablar del delito involucra a un tejido compacto que entrelaza mentalidades y sensibilidades colectivas y una serie de términos que las representan públicamente, es decir, una red cultural que está incorporada a formas específicas de vida y que por esta razón, se resiste a la alteración deliberada y tarda en cambiar.
Estas preguntas son necesarias para comprender la relación que existe entre las emociones y el delito del ámbito individual al colectivo.
¿Cómo se estudia la emoción del miedo? ¿ Qué sucede con las victimas?

¿ Qué impacto tienen los acontecimientos delictivos y violentos en la subjetividad social?

El crimen altera la armonía de la vida personal, colectiva y comunitaria de la sociedad, fragmenta, individualiza, desarticula, genera desconfianza, atomiza. Entre la serie de delitos que se cometen a diario en nuestro país, el periódico la Jornada lanzó una nota el pasado lunes 23 de diciembre, donde muestran los datos del (Inegi) sobre feminicidios con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/11/23/inegi-7-mujeres-asesinadas-diariamente-entre-2013-y-2014-1824.html

Esta nota muestra estadísticamente, en cifras la crueldad de la violencia en nuestro país para este rango de población, sin embargo el impacto en la subjetividad social es un tema importante de incorporar para el análisis del crimen, del delito, que se caracterizan por las diferentes formas de violencia con la que se ejerce, pues a esto va vinculado acciones individuales y colectivas de las personas.
Tomando de ejemplo los feminicidios, pienso en los riesgos de ser mujer y en cómo el miedo al crimen se va incorporando a las formas de vida. Para Kessler el primer condicionante de cuño metodológico, para no aislar al temor de su contexto de significación: más que acceder a la emoción en sí misma, se accede a su manifestación discursiva, con el llamado miedo derivativo, éste no requiere una experiencia previa concreta y suele ser parte de un discurso general sobre los peligros actuales, la degradación moral de la sociedad o  las consecuencias de la situación actual. (2009: 36) Las personas narran lo que viven, lo que observan, lo que sienten.

Un acontecimiento fuerte en México fue la desaparición de los 43 estudiantes de la normal rural en Guerrero, éste hecho, el de feminicidios y de los desaparecid@s y muert@s del país a partir del incremento de las estrategias de seguridad en la guerra contra el narcotráfico, son miles de casos, de los cuales algunos han construido espacios para expresar como un acto político los acontecimientos de violencia pero también de sus emociones relacionadas con el crimen que se ha vivido. Recordemos el movimiento por la paz con Justicia y Dignidad que emergió tras un llamado del Poeta Javier Sicilia a manifestarse contra la violencia como consecuencia de la guerra contra el narcotráfico, de la cual su hijo fue víctima, estas acciones que están vinculadas al tema de violencia, miedo, inseguridad, dignidad, entre otros son como la parte positiva de las acciones de la sociedad frente al problema.

Kessler concibe estas emociones "como parte de una representación del mundo social y rechaza la oposición clásica entre razón y emoción para pensarlas interrelacionadas, ante la idea de que una emoción carece de lógica, "una lente de aumento" como sostenía Descartes, una distorsión de lo real que podía corregirse mediante una percepción sosegada, idea que sin duda se pone en cuestión en los discursos académicos respecto de la forma de dar cuenta o construir una realidad "objetiva" del delito. (2009:36)

L@s ejecutad@s, l@ desaparecid@s, las personas violentadas en todas su formas ¿Quién habla de ellos?  de su malestar, de lo que comúnmente se le llama; el trauma que han vivido,¿Para qué, con qué objetivo?  La importancia que la "emoción y la narración establecen, es de mutuo sustento, el miedo derivativo encuentra una base argumentativa en un relato social mayor de peligrosidad o  amenaza para luego contribuir a su sostenimiento y amplificación" (2009:36) Hay una diferencia entre los relatos que pueden contar las victimas y las percepciones que se construyen sobre un hecho delictivo en los medios de comunicación oficiales, voceros del poder, pues, el gobierno es cómplice de estos crímenes por acción u omisión por la ineficacia y corrupción del funcionamiento de las instituciones que deberían esclarecer y atender a los afectados.

En México otras notas vinculadas al crimen por ejemplo: de jóvenes, estudiantes, de maestr@s, que son glopead@s por elementos de seguridad tienen una figura construida por la prensa y los políticos respecto a sus actos, calificados en ocasiones de vándalos, terroristas, desacreditados públicamente. A los mismos estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos se les cuestionó en los medios de comunicación oficiales que tuvieran nexos con el crimen organizado. La siguiente imagen refleja la manera en que se habla de un problema social los feminicidios; reducido a perspectiva individualizada, aislada de los factores que intervienen en el hecho. La nota desinforma, denigra la integridad de las personas haciéndolas personajes como de una función de morbo. Cuando no hay nombre, rostros, familiares, que hablen de ellos, se vuelven un espectáculo de consumo de violencia.




Traigo un ejemplo que cita Kessler ( 2009:37) sobre la operación de descrédito realizada por la prensa y los políticos de la figura de los “refugiados políticos”, en Inglaterra para transformarlos en sospechosos de querer aprovecharse de un país generoso, ésta desacreditación contribuyó a erosionar la solidaridad  sostenida hasta entonces, al tiempo que crecía la desconfianza y el desdén hacia ellos. La metamorfosis de las representaciones y de los sentimientos fue parte de un mismo proceso de deconstrucción pública de una categoría político-moral; no sólo hubo un cambio en su valoración  y en su sentido, sino también en los sentimientos que más legítimamente generaba, aquellos considerados más adecuados, justos o racionales.
Con este ejemplo, aunque sean casos diferentes y lugares distintos, hay en ambos una deconstrucción pública, mediante estas estrategias se promueve un cambio en la valoración, en el sentido, en los sentimientos de las personas respecto al hecho y por lo tanto de su actitud frente a él.

A partir de estos ejemplos, se entiende que las representaciones alcanzan un rápido consenso porque operan sobre sentimientos colectivos ya presentes en la sociedad. Cuando una forma particular de representar un hecho, un sujeto o una categoría social se impone en el espacio público cabe interrogarse sobre la base emocional colectiva que favoreció su predominio, entonces la base emocional colectiva constituye un consenso social para representar de forma particular algo. (2009:37)

"Al inscribir al temor en un relato mayor, la emoción no puede tener un valor explicativo autónomo, sino que se relaciona con un marco que le da sentido; toda emoción tiene carácter contextual oscilante y de intensidad variable" Kessler ( 2009:38)

Las emociones tienen una conexión a una cultura afectiva donde hay ciertos patrones respecto a lo que se debe sentir, expresar o no según la edad, sexo o grupo social, su carácter sociocultural incluye las interacciones que intervienen en la definición de la emoción. Mediante el compartir, el expresar sus percepciones, sentimientos, entre las personas, amigos, vecinos. De este modo, el sentimiento de inseguridad se va construyendo y modificando mediante interacciones y negociaciones interpersonales. Como se cita en Kessler los sentimientos se configuran como patrones social mente construidos de sensación, gestos expresivos y significados sociales organizados en torno a la relación con un objeto social. El miedo al crimen está compuesto entonces por una emoción, como el temor, pero se dirige  a un objeto concreto real o imaginario. (2009:47)
La importancia de esta perspectiva para el estudio del sentimiento de inseguridad me deja pensando en estas preguntas ¿ Qué podemos hacer para desarticular la violencia? ¿ Cómo deconstruimos una categoría político moral?

Palabras desconocidas: Juicios axiológicos.





Kessler en su visita al Colegio de la Frontera presentó el libro " Sentimiento de inseguridad" platicó del caso Argentino y plantea varios elementos para pensar en nuestro México, ¿ Que medidas de seguridad podemos construir autónoma y colectivamente?


Kessler, G. (2009). El sentimiento de inseguridad: sociología del temor al delito. Buenos Aires: Siglo XXI Editores



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